domingo, abril 03, 2011

De cuando las amistades se pierden….

Efectivamente, creo en que las amistades también se pierden, en el tiempo, en el camino, pero se pierden. También se pierden porque a mi modo de ver, y a ciencia cierta conocemos poco el significado de la palabra “amistad”. Hasta aquí no digo nada nuevo… A todas estas… ¿qué es un amigo?.

A lo largo de nuestra vida vamos caminando en distintas direcciones, tomamos decisiones, hacemos elecciones, ganamos, perdemos, tenemos momentos de felicidad y de tristeza, de rabia, y la verdad verdadera es que estamos solos. Habrá alguno que otro que diga que no es así, que hay gente que se contenta con tus logros o es solidario con tus caídas, pero si esos momentos se reducen a un escueto “felicitaciones” o el baboso “mi sentido pésame –que en la mayoría de los casos de “sentido” no tiene nada-” entonces confirmo mi sentencia.

Recuerdo un cuadro de Jesús que decía “el amigo que nunca falla”. De ser eso así, entonces supone que Jesús es un símbolo casi tautológico de aceptación, verdad, amor, etc… y a mi modo de ver debes cumplir con ciertas reglas para que ese “amigo que nunca falla” (comillas por señalar la frase, no en sentido peyorativo) realmente no falle… Sino, pregúntaselo a un Gay cuando se quiere casar… Claro, aquí hago mención a la entidad que profesa el culto a Jesús, no a la deidad en sí, pero esto es un tema amplio que forma parte de otro post.

Eso me lleva a lo siguiente: las amistades se basan en acuerdos de convivencia, debes cumplir con ciertos preceptos para que la amistad fluya. Quizás, al final la “relación” de amistad se basa en una mera transacción. Yo doy si me das. Si no doy y tú no das el tiempo se encarga de que esa amistad entrañable quede en los álbumes, de recuerdo. También es cierto que –y contra la gran tendencia predominante- aunque los años pasen muchas personas seguirán siendo amigas y habrán creado un nexo importante, capaz de resistir los embates del tiempo… Pero son pocos los casos… Si no estoy al tanto de lo que pasa en tu vida ¿cómo podría llamarme amigo tuyo?, ¿realmente lo soy?… Cuando aquello que ese amigo me daba se termina y yo lo veo saciado ya no me interesa mantener la amistad. Osea, somos amigos utilitarios… También se da el caso en el que si doy y no recibo me molesto, o al contrario, igual resultado. Parece que mi búsqueda de definir la amistad encuentro que la misma se basa esencialmente en relaciones de intercambio capaces de satisfacer las necesidades del otro. Si esas relaciones no son satisfactorias, la amistad fenece.

Una de las situaciones más connotadas que dan fin a una amistad es el comportamiento del otro. Yo me asocio, se amisto con personas que  considero pares, bien en conocimientos, en madurez, en experiencias o trabajos comunes. Ahí está el primer error: al pensar que estamos en el mismo lugar o compartimos los mismos intereses pienso que de alguna forma esta persona debe razonar como yo en gran parte de las cosas, y esto no es cierto. Cuando esta persona se equivoca causa la pérdida de la “amistad”, rompe confianza, desilusiona, genera tensión, o simplemente ya no es agradable contar con su presencia. En casos extremos los sentimientos de afecto, cariño se transforman vertiginosamente en rabia, incluso odio o peor, indiferencia. Es un comentario necio, pero ¿por qué pasa esto?, aún siendo diferentes no deberíamos tener criterios iguales en cosas puntuales, los valores no son negociables (los valores de cada quien), ¿por qué entonces te traicionas a ti mismo? ¿por qué no eres fiel a aquello en lo que crees?. Ante mí una persona con estas características deja de ser amigo automáticamente, so pena de estarlo juzgando, no me importa. Es imposible confiar en alguien a quien ya le has perdido la confianza productos de sus errores.

Con esto, caigo en la pregunta inicial, ¿qué es la amistad?. Hablamos de amigos y no sabemos el significado tan profundo que tiene esta palabra.

Hay otros que resuelven la cosa fácil: me relaciono contigo hasta donde pueda o quiera hacerlo, o hasta donde tú me lo permitas… Osea, ¿si yo me drogo y no permito que se metan mis amigos en ese aspecto de mi vida está bien?. Obvio que estoy siendo extremo, pero en un caso, no sé, alguien con un problema serio de depresión, ¿me involucro hasta donde me lo permitan simplemente?, ¿estoy siendo realmente amigo?, ¿no es precisamente esto lo que el mundo entero reclama? no hay interés en el otro, porque mi relación se basa en “hasta donde tú me lo permitas”, aún y cuando yo puedo ayudarte más de lo que lo estoy haciendo, o bien cuando soy capaz de ir más allá y sacarte de la tina de mierda en la que estás. Sorry, pero eso tampoco es amistad. Encontrándome en tal situación prefiero drenar en este blog donde quien quiere me lee y quien no no, pues…

En facebook a la fecha tengo más de 500 amigos, ¿amigos?, no he hecho mucho por ustedes como para ostentar este título. A la orden estoy.

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