martes, febrero 28, 2012

Mi mejor amigo.

En una conversación reciente, un compañero de trabajo me hablaba de “su mejor amigo”… Hace años que no recordaba esa frase… “Mi mejor amigo”… me dejó un poco de nostalgia.

La amistad es algo complejo, al final de cuentas estamos hablando de dos personas que pasan de no conocerse a ser casi íntimos. Esto es bonito y refleja la empatía entre los humanos. Pareciera que sí es posible una amistad a prueba de balas. Por mucho tiempo creí que tenía un mejor amigo, al menos. La realidad me ha dicho que he tenido gente cercana, pero no amigos como tal. Quisiera pensar que existe la posibilidad de que esto exista, pero a la vez no quisiera hacerme ilusiones que me llevan a una interminable lista de decepciones, de nuevo.

También podría decir que la amistad es un concepto en vías de extinción. La sola pertenencia a un lugar o grupo no te garantiza la posibilidad de tener amigos. Una terapista me decía que no en todo el mundo se puede cultivar una amistad. Mi madre dice “no le eches perlas a los cerdos”, y mi suegra dice que no tiene mejores amigas y que nunca las ha tenido, que eso no existe. Yo he sufrido con esta idea.

Desde niños nos dicen eso, que hay que hacer amigos, hay que relacionarse, que hay que convivir. Ahora yo pregunto ¿para qué?. La realidad me ha dicho que cuando buscas hacer amigos no los encuentras (¿expectativas altas?, ¿acaso la amistad no es una gran expectativa?), que cuando te relacionas te joden y que cuando convives no te dejan vivir. El no reconocimiento del otro por sí mismo, sino como alguien de quien puedo obtener algo utilitario aliena el sistema, desvirtúa lo que entendemos por amistad, la cual, creo, es aún más poderosa y legítima que una relación amorosa.

También hay algo, y es que a medida que vamos creciendo nuestras expectativas van aumentando, nuestra visión del mundo se hace más compleja y así nuestra forma de relacionarnos. También, hemos experimentado el dolor, la miseria o la ingratitud o deslealtad. No podemos amar de nuevo así, grandote, de lleno como aquella primera vez. Nos llenamos de reservas, de mecanismos de defensa, de indestructibilidad. Si acaso el aire pasa…

Hace muchos, muchos años conocí la felicidad, tuve un amigo. Jugábamos juntos, hacíamos tareas, nos escapábamos, nos teníamos el uno al otro. El tiempo pasó y más nunca lo vi de nuevo, y posiblemente eso quedó sólo en aquellos recuerdos de mi mente. Ahí todavía somos amigos. Eso es lo que quizás me hace seguir soñando con imposibles. De verdad, tengo nostalgia…

¿Qué busco en un amigo? alguien que sea gente, sincero, honesto, leal a toda prueba, listo, alguien de quien pueda aprender sin sentirme menos. Busco alguien maduro y jovial, alguien capaz de reconocer sus errores y pedir perdón por ellos. Busco a alguien creativo, capaz, osado, valiente. Alguien consciente y responsable, busco a alguien que sea capaz de decirme lo que piensa en mi cara, me guste o no, sobre todo cuando se trate de mí. Busco alguien que no envidie lo que tengo o lo que soy, busco un pana para echarnos birras y para contarnos la vida, para compartir historias, para estar en el duelo, para brindar en la alegría, para estar en paz con el resto. Busco a alguien que me haga llorar cuando sea necesario, y que me consuele, me dé aliento y ánimos para seguir adelante o para tomar una decisión difícil. Busco a alguien que me haga creer en el resto del mundo o me confirme la mierda en la cual estamos todos inmersos. Busco a alguien a quien admirar, y que esté a mi par. Busco a alguien genuino, humano.

También quiero un mejor amigo.

Estoy dispuesto a ofrecer lo mismo.

Quiero que la nostalgia desaparezca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario