lunes, diciembre 20, 2010

Simpatía por la Muerte...

Hace algunos días me desperté en la madrugada, recordando un temor que he tenido desde que tomé conciencia de él, hace algunos años. Veía el cuarto, oscuro, con algunas luces de los aparatos electrónicos que tengo, y recordaba que algo como lo descrito podía compararlo con la muerte. Es la ausencia, el vacío que la oscuridad le otorga a cualquier sitio.

Siempre me ha gustado experimentar mis sentimientos al extremo, caer en la conciencia de aquello que imagino. En el caso de la muerte es difícil por demás, pues nunca he estado muerto físicamente. No obstante, la idea de pensarlo me daba inquietud, pues era como saber que, en ese preciso instante, ya tú no ibas con el tiempo. Te comenzaste a quedar atrás, como los recuerdos, difusos, como en una pantalla de tv en blanco y negro. Entonces intentas tomar conciencia de tu estado -lo cual es contradictorio ya que en la muerte no hay conciencia- y tratas de sentir el "rigor mortem" creo que así se dice, y esperas a que tu espíritu se manifieste, o a que venga Dios y te busque, o a que tus seres queridos te reciban en tu nueva dimensión. Antes todo esto me daba miedito, jejeje... Ya no.

Aquella noche, ante ese recuerdo que tanto me atormentó por años, lejos de asustarme por pensar en mi vida intrascendente me sentí tranquilo, cosa rara; miré todo alrededor, me reconcilié con la oscuridad, medité sobre mi cuerpo y volví a cerrar mis ojos...

Quizás la muerte no es tan mala. Lo único que lamentaría de vivirla es no haber podido realizar todo lo que alguna vez soñé. Hay gente que dice que la muerte es injusta porque se lleva a la gente justo cuando tenía "un mundo por delante". Desde esa noche pienso que es perfecta, porque llega en el momento indicado, tal vez no de la mejor manera, y ante ella no nos queda más remedio que aceptarla. Es lo mejor.

Me da tristeza pensar en todo aquello que no podré vivir porque ese ya no será mi tiempo. Cuántos inventos, cuantos hechos que sacuden nuestra historia, cuanta gente, cuántos días y noches. Ya no hay futuro. Ya no hay más historia. Es injusto darnos cuenta que algún día moriremos... ¿Cómo algo tan perfecto como el género humano puede morir?, ¿dónde está mi derecho a trascender más allá de los siglos?, ¿por qué todo se acaba?... ¿por qué la muerte se entromete en mis ganas de contar mi historia con mis propios labios?...

Quizás nuestro consuelo es que cuando esto suceda no seremos conscientes de ello. Sucederá y ya. Sería una verdadera tortura quedar en un limbo en el cual no eres materia pero tampoco eres Éter; sería horrible tener conciencia y ver qué pasa con los que la muerte todavía no ha buscado; sería triste ver tus errores haciendo mella en la gente día a día; más doloroso aún ver los momentos felices de tus amores sin siquiera estrecharles un abrazo, un beso. Casi que estarías celoso de que ellos, como tú, murieran para así volverse a encontrar...

Si la muerte es la vida eterna para qué pasar por este calvario.

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