jueves, febrero 10, 2011

Hombres Universales…

Esta frase me ha dejado tarea durante estos días… Cuando la evoco, me sintonizo con Francisco de Miranda, Leonardo Da Vinci y Thomas Alva Edison… También con Gandhi, San Pedro, Goethe, Juan Pablo II, y así, un sinfín de gente que ha hecho con su vida sencillamente lo mejor, bien porque estuvo motivado permanentemente, o bien porque tenía una idea clara entre ceja y ceja. El caso, es que con su vida le dieron color al mundo que hoy conocemos.

Pero, a todas estas, ¿qué es un hombre universal?… Esta frase la escuché hace poco… “hombre universal”… Sé quiénes han sido catalogados como tales, pero no sé a ciencia cierta qué son. Podría decir en principio que, un hombre universal es una persona (hombre o mujer) que ha sido capaz de potenciarse en muchas áreas del conocimiento o la historia humanas, son personas con un carisma particular, casi que fuera de este mundo. A simple vista son personas definitivas, como si ya estuvieran completamente elaboradas, donde tienen todo bien definido y son personas cuya vida definitivamente sirve de ejemplo a todo el género humano.

Un hombre universal es un ser que ha querido ser expresión de su época, es tan buen chef, como filósofo o bailarín de salsa caribeña. Es un hombre cuyo genio e intelecto ha puesto al mundo a sus pies. No sé, parecieran personas que vienen a esta vida a algo concreto, y cuando lo hacen, se van, incluso asumiendo las peores consecuencias. Miranda, nuestro precursor, fue considerado el primer venezolano universal: hablaba español, inglés, francés y no recuerdo qué otro idioma, tenía habilidades comerciales, musicales, bélicas y diplomáticas, se codeó con lo más exquisito del siglo XVIII, entre ellos George Washington, la Reina Catalina o Victoria (creo, no recuerdo el nombre) de Rusia, el Conde Saint Germain, creo que la Reina de Inglaterra también, y así con un gentío que, por su abolengo, representaba lo mejor de esa época, luchó en África, Europa y América por un sueño suyo, y terminó confinado en una celda de La Carraca, hasta el momento de su muerte… Aún así, en esos días de encierro y tortura, Miranda habría pensado que su vida tuvo sentido, y eso es lo único que nos podemos llevar de este mundo físico, la sensación de trascendencia.

Ese es otro de los elementos que distinguen a un hombre universal, el sentido de dejar un legado, de ser recordado o admirado es reconfortante, desde cualquier punto de vista, es como ver un árbol que sembraste 20 años después, grande, frondoso, fructífero. Aquí no hablo de simple sentido de ser noticia, no; hablo de ser alguien capaz de inspirar a toda una generación, de hacer movimiento, de cambiar y revolucionar la historia misma, es algo que va más allá, es inefable, y sólo entendible por quienes sienten en su espíritu este deseo. Hace tiempo que no recordaba estas cosas.

Supongo que en la historia hay muchísimos hombres universales… sería interesante saber si todos ellos tienen estos factores comunes, o los vivieron o los postularon, inclusive. Creo que este título de “hombre universal” te lo da el colectivo, aquella masa incólume de gente que pareciera haber nacido para ser oprimida y vivir en consecuencia, sin oportunidades. Son justo éstas personas quienes reconocen a los que no son como ellos, y los diferencian tan bien que pueden llegar a detestarlos, debido a que quizás, muchos de ellos con mayores recursos no han logrado nada semejante. Si el amor es un sentimiento capaz de mover el mundo, la envidia lo estremece, y a diario.

Aquí encuentro otra de las características que definen a estos hombres universales: las condiciones de vida no hacen mella en sus ideales. Éstos elevan alto la mirada al horizonte, son altivos y audaces, son capaces de levantarse de entre sus dificultades, sienten intensamente el amor y el dolor, y albergan en sí mismos un pequeño motor que los impulsa a buscar la meta. Esto es fascinante.

Hay hombres que se erigen como universales a partir de un hecho concreto en sus vidas: el amor, el desamor, el odio, el abandono, un hijo, la patria, la religión, la amistad, la guerra… justo ahorita recuerdo la película “The Social Network” (excelente, véanla si no lo han hecho), donde Zuckerberg diseña una página que “rankea” a las chicas más bonitas del campus de Hardvard, y zas!, de ahí, junto con los hermanos Winklevoss hacen Facebook… Luego de los 750.000.000 de amigos de la red, y todo el lío legal, aún Zuckerberg no logra ser “amigo” de la que fuera su novia años antes, en la misma red (el cinismo de las mujeres a veces raya en lo imperdonable, pero bueno, jejejeje), de modo que, en alguna forma, éste ha sido el motor que este joven tuvo para cambiar incluso la forma en que tenemos de comunicarnos. ¿Trascendente? ¡Absolutamente!.

A modo de síntesis: Un hombre universal es aquél que es capaz de vivir cientos de vidas en una sola, que siente al mundo de forma distinta y especial a los demás, que sabe levantarse de entre lo adverso y sabe labrarse un camino, con sentido de trascendencia y con un impulso propio, capaz de transformar su propia realidad. Más que un hombre universal, yo lo llamaría un hombre para la eternidad.

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