miércoles, noviembre 24, 2010

Uso de la gallardía cuando todo está en tu contra...

Soy asiduo fanático de un reality show que hacen en Estados Unidos, y que ahora tiene capítulos locales o regionales en casi todo el planeta. Hablo de Project Runway Latinamerica. He procurado no perderme ningún capítulo desde que comenzó, especialmente porque había un venezolano en el grupo. Estoy ávido de ver experiencias positivas de nosotros mismos en donde pueda hacerlo, para recordarme constantemente que a pesar del país tan triste que tenemos hoy los venezolanos somos gente talentosa, echada pa'lante de verdad!, pero bueno, volviendo a lo que nos atañe en este post, veo este programa desde que la bellísima Heidi Klum lo animaba en sus primeras ediciones, en 2005...

Para los que no lo conocen, es un programa donde seleccionan -por audición o exhibición- 13 ó 15 diseñadores provenientes de cualquier parte del país o la región. Éstos deberán enfrentar un reto semanal donde harán uso de todas las técnicas y recursos de diseño de modas que conozcan para hacer un atuendo, según los parámetros expuestos en un desafío. Este puede ir desde hacer un vestido "couture" con todo lo que se pueda conseguir en un supermercado (verduras, mopas de baño, guantes, vasos, envolturas de maiz tierno, lo que te imagines), hasta hacer vestidos con flores, no, DE FLORES, comida, plásticos, etc... Éstos diseños se presentan ante un jurado experto y luego de las deliberaciones técnicas -muy profesionales, por cierto- seleccionan un ganador y un perdedor. Obviamente, el ganador sigue para el próximo desafío y el perdedor debe abandonar la competencia. ¡Muy bueno!

El caso es que el lunes fue uno de los últimos desafíos, en el que muy lamentablemente salió el venezolano ( :( ) y en el mismo ocurrió algo que me sorprendió, y que por primera vez veo: hubo uno de los participantes -colombiano, muy buen diseñador- que tuvo un bajón full en su diseño, el mismo debía ser hecho única y estrictamente con papel periódico y éste se le despegó todo un día antes de la presentación al jurado. El hombre se descompuso, arrancó todo el vestido y lo botó... Se notaba full estresado. Luego de una tutoría que realizara el mentor de los participantes el hombre fluyó y logró una propuesta que, si bien no era lo esperado de él le valió para al menos presentarse en pasarela (si el vestido no está hecho para el momento del desfile, es descalificado automáticamente).

Efectivamente, el hombre estuvo a punto de salir, era él o el venezolano, pero un acto de último minuto lo salvó por completo: luego del desfile, el jurado invita a las modelos con sus diseñadores a la pasarela para que presenten la propuesta de sus diseños. Todos hicieron lo propio, pero luego, el jurado que -dicho en criollo- son una cuerda de raticas, jejejeje, hicieron una pregunta que desencajó a todos los diseñadores: "¿de los diseños de tus compañeros, cuál crees que no responde al desafío (el desafío era hacer un vestido de novia con puro papel periódico... ganas de joder no!!!!)?"

Todos quedaron como en shock, pero al final tres personas de cinco dijeron que el diseño de este diseñador colombiano era el que menos respondía al desafío. El propio diseñador también lo afirmó. En ese momento, el mismo se justificó echándole más ñoña a su creación, argumentando que tuvo un momento de crisis el día anterior cuando su creación inicial se desmanteló. Le hizo ver al jurado que eso no era lo que él estaba habituado a presentar en pasarela y que optó por algo relativamente seguro para presentar un trabajo que aunque fuera aburrido -desde el punto de vista del diseño- fuera presentable, eficientemente confeccionado. Dijo no estar conforme con lo creado pero a pesar de esto intentó ser fiel a su estilo creativo, y lo plasmó en lo que hizo. Fue fiel a su esencia como diseñador. Realmente, él mismo se desarmó frente al jurado, pero mostró de qué estaba hecho por dentro. Una vez más la autenticidad -sumada a las palabras adecuadas- fue el mejor recurso que tuvo este pana para salir adelante y seguir en la competencia.

Este hecho me mostró un nuevo sendero. Yo no recrimino el trabajo ajeno cuando éste en realidad es bueno solo para estar mejor con lo que yo hago, ¡de hecho hago todo lo contrario!, pero no defiendo con mi mejor actitud lo que hago así no sea lo mejor. Esto me da a entender que en cierto modo, no creo en lo que hago en algunos momentos, o le resto valor. Quizás por esto me sorprende mucho la actitud de este diseñador en la hora pico del reality show.

Sonará jactancioso -y lo es- pero casi siempre he tenido muy buenas críticas por mi trabajo. La gente en distintos momentos me ha hecho ver mi talento, y se satisface con la labor encomendada. Soy abierto a la crítica, incluso la destructiva, -no ocurre casi nunca-, pero es hora de potenciar mi talento aún cuando las cosas no salen del mejor modo.

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